LA PARITARIA DOCENTE NO DEBE DEJARSE ENGAÑAR

                                              Escribe Osvaldo Igounet


    Como todos los años los docentes inician el calendario de las paritarias nacionales y como todos los años las clases corren peligro de no comenzar en tiempo y forma. La punta de lanza es la discusión salarial en la provincia de Buenos Aires y en la Capital Federal, atento al número de alumnos, docentes  y padres envueltos en la problemática y por supuesto, a la repercusión nacional que estos dos distritos siempre tienen desde lo político y social.

   Este año sin embargo no es exactamente igual a otros ya que el trabajador docente (y de todas las demás ramas del núcleo trabajador argentino) está sufriendo las consecuencias de una salvaje devaluación realizada en los últimos tres meses y su consecuente espiral inflacionario. Por eso hoy discutir paritarias ya no se trata simplemente de cuanto mejoramos al salario, sino lisa y llanamente de la supervivencia del trabajador y su familia.


 
 
Por eso el docente de a pie, pero el mismo cuidado deberán tener quienes desarrollen otras actividades y estén afiliados a otros sindicatos; deberían estar atentos a no caer en las trampas que la dinámica de la lucha sindical y política crea. Una dinámica perjudicial para quien trabaja todos los días y que siempre suele ser olvidado por sindicatos y gobiernos. En el caso de los docentes esto se verifica claramente cuando vemos que las cuatro entidades sindicales con representación nacional y que por ende hablan con el gobierno nacional, pertenecen a la CGT oficialista. Mientras que otros sindicatos importantes pero de representación regional, son independientes o militan en la CGT tradicional o en la CTA opositora. Sólo esto puede originar negociaciones salariales poco fructíferas para el docente promedio en tanto pueden ser demasiado blandas o extremadamente duras dependiendo de que CGT hablemos.
 
En el caso de la Capital Federal, por ejemplo, donde hay 17 sindicatos reconocidos, el más importante de ellos UTE, presenta, a priori, una disyuntiva como la descripta, primero porque hasta ahora al menos, siempre se manifestaron abiertamente kirchneristas y además anti macristas, con todo lo parcial que esa definición los vuelve. Pero además uno de sus más renombrados integrantes. Francisco Tito Nenna, ex legislador porteño del FpV, ahora es un alto funcionario del Ministerio de Educación de la Nación. O sea, no se sabe si este sindicato negociará lo que beneficie a sus bases o lo que les convenga políticamente a sus dirigentes.
 
Fuera de esto se percibe en todas las variantes sindicales, sean oficialistas o no, un "olvido" importante puesto que más allá del número en que quede el aumento de sueldo y la cantidad de veces que se negocien paritarias en el año, todo se reduce a nada si el gobierno no aumenta YA la base del mínimo no imponible de ganancias. Cualquier aumento, aún el repudiado del 22% que intenta el gobierno, haría que muchos docentes del nivel medio por caso, con más de 15 años de antigüedad y 60 horas de clase, superen los quince mil pesos ($15000), que es hoy la frontera del impuesto a las ganancias.
 
Resulta casi una obviedad resaltar que si a la pérdida de poder adquisitivo producida por la inflación, le sumamos la pérdida por devaluación y a eso le agregamos la alícuota de ganancias, con el aumento de sueldo el trabajador podría terminar ganando menos que ahora en términos poder adquisitivo real. Lo extraño es que ningún sindicalista, gremio o central obrera esté hablando o exigiendo que se preste atención a esa cuestión. Dado el panorama económico actual el reclamo sindical debería ser doble e inseparable: aumento de sueldo y aumento de mínimo no imponible, TODO JUNTO y como lo que son una necesidad vital inseparable.
 
¿Lo harán?
 
Osvaldo Igounet
IGOUNETNOTICIAS.COM
copyrigth 2014
 
 




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