Editorial: ALUCINACIONES DE GOBIERNO

                                          Escribe Osvaldo Igounet


    Los gobiernos pueden ejercer su mandato de diversas formas, lo más común es que uno pueda decir que un gobierno es bueno o malo; autoritario o democrático; populista o pragmático; capitalista o socialista e, incluso, decente o corrupto. Todos los pueblos pueden etiquetar a su gobierno con algunos de estos adjetivos calificativos y está bien, es justo y lógico que así sea. Salvo en Argentina claro, donde estas categorías quedaron en el pasado, en aquel tiempo no tan lejano donde el oficialismo recitaba un relato de épica fundacional y éxitos continuos mientras que la oposición, en especial el periodismo independiente, los tildaba de corruptos y poco eficaces. Todo eso quedó superado en la actualidad.

   El oficialismo ya no tiene conque sustentar ni siquiera discursivamente un relato de gestión exitosa y del nivel de corrupción e ineficiencia gubernamental nadie duda ya. Ver a Recalde festejar que la vergonzosa Aerolíneas Argentinas "sólo" perdió 247 millones de dólares y no 414 como en el 2012 raya lo patético y patológico. Restringir, cepo mediante, el uso de moneda extranjera a toda la ciudadanía para luego pagar cuatro millones de euros (en euros) a una empresa de promociones y eventos para hacer un GP de motociclismo en Río Hondo confirma el diagnóstico: el gobierno puede ser corrupto, desvergonzado e ineficiente pero ahora además sufre alucinaciones y gobierna conforme a ellas.

   
                              Rossi-Garré-Puricelli, todos ministros de
                              Defensa y Seguridad; ninguno sirve ni
                              sirvió para nada... (bueno).

  
    El gobierno está en trance de delirium tremens, aferrado a la mano de una médium, que si alguna vez tuvo algún poder, ahora los perdió por completo. Una brújula rota nunca puede marcar el norte. Y sin embargo allá van ellos intentando navegar con las estrellas en una noche cerrada sin luna.  La inflación se desboca y ellos corren tras el precio del tomate; la crisis energética explota con la fuerza de un tornado F5 y ellos recomiendan no usar el aire acondicionado; el campo desalentado a invertir pasa por un mal momento y nuestras exportaciones también y ellos quieren volver a subir las retenciones; las policías provinciales se amotinan por un aumento de sueldo, ellos lo dan, después lo incumplen y mandan gendarmes para eventualmente reprimir a esas policías. Ascienden a un jefe de inteligencia militar a Tte Gral y Jefe del Ejército y después se "alarman" si alguien sugiere ver a las fuerzas armadas luchando contra el narco delito. Urden operativos antidrogas multimillonarios y después lo desarman para enviar gendarmes al conurbano, la costa y a cada provincia donde la policía local sea un peligro inminente.

   El gobierno se delira en SU realidad virtual. Planean viajes a Venezuela y Cuba mientras que envían a Kicillof al Club de París, creyendo que pagar la primer cuota de una deuda vieja y vencida los habilitará para conseguir dinero barato para seguir aplicando políticas chavistas en el país. Gastan tiempo, dinero y saliva en atacar a una estatua centenaria, hasta romperla y luego invierten aún más recursos en demostrar que no está rota y si lo esta no es culpa de ellos; la imagen de Colón esculpida en piedra es más importante que combatir el delito o recomponer los recursos energéticos. En este tema no s sabe quien está mas loquito, si Cristina y su empecinamiento o Parrilli y su defensa cerrada de las locuras de su jefa.

   Cristina pasó de ser una presidenta pedante, habladora, poco conciliadora y enriquecida a costa del pueblo argentino a ser una presidenta ausente, callada, manejada por sus propias alucinaciones de un país que solo existe en su mente, aunque, eso sí; siga pedante y corrupta como siempre. Locos pueden ser boludos no, la guita no se negocia y menos se devuelve.

   El país lleva rumbo de colisión, nada parece funcionar bien y el gobierno solo se preocupa por seguir fiel a sus propias y alucinadas obsesiones. Como si el porrito les hubiese pegado mal, ya sea que lo fumen o no. El último presidente que vivió una realidad paralela fue De La Rúa y así nos fue; pensémoslo...

Osvaldo Igounet
IGOUNETNOTICIAS.COM
copyrigth 2014

 

   

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