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  E ntre las muchas fallas del sistema político argentino resalta con excepcional certeza la carencia absoluta de coherencia; el político/a promedio está entre lastimoso y mediocre salvo algunas escasas y honrosas excepciones, una mediocridad muy marcada en especial entre quienes más poder ostentan y más mediáticos son. No importa si son oficialistas u opositores o si están a la derecha o a la izquierda o si son más o menos populistas; todos colaboran con la decadencia del país y el bajo nivel de vida de la población. Dicho esto corresponde ahora aclarar que uno hace foco más a menudo en las carencias del oficialismo porque son ellos quienes están hoy dirigiendo al país y porque cuentan con el plantel más numeroso de jugadores poco habilidosos por decir lo menos. Desde el lunes pasado estamos asistiendo a una vergonzante demostración de esto con la llegada del ahora ya famoso avión venezolano-iraní retenido en Ezeiza por orden judicial. El escándalo estalló en los medios al lunes sigui

    E l próximo fin de semana será extra largo: viernes, sábado, domingo y lunes; conformando una nueva fiesta del turismo interno entre aquellos que pueden hacerlo. Se calcula que son alrededor de cuatro millones de argentinos quienes están en capacidad de salir de vacaciones estacionales o aprovechar los fines de semana largos, cifra que calculada como familia tipo - cuatro personas- da que sólo un millón de familias argentinas pueden darse ese gusto. Poco, muy poco. Es la misma franja poblacional que va a mega recitales, asiste a teatros, puebla restaurantes o llena una carrito en el súper; después se suma otro pequeñísimo sector que puede hacer alguna de estas actividades con gran esfuerzo pero no todas. Quedan entonces en promedio cuarenta millones de connacionales preocupados por llegar a fin de mes, comer a diario o hacerse de unos pesos con las changas, gente ocupada en mantener o conseguir un empleo, educar a sus hijos y a sobrevivir a una inflación que ataca al bolsillo popul