IGOUNET NOTICIAS

Osvaldo Igounet    Q ué semana que tuvimos, ¿no?; discurso presidencial el día lunes para celebrar qué durante el primer trimestre de este año las cuentas cerraron aún pagando los intereses de la deuda, el martes la marcha de la comunidad universitaria pública (copada por lo más rancio de ambiente político nacional), después la cena de la Fundación Libertad donde Milei hizo un entretenido monólogo un poco hablando de economía y otro poco burlándose de quienes lo critican. Después jueves y viernes con lluvia y frío y por fin llegamos al fin de semana. Imagínate, está fresco, bastante nublado, sin obligaciones, justo para tomar mate con bizcochitos y dormir la siesta; lo más parecido al paraíso que existe. Pero nada dura para siempre; tipo cuatro y media de la tarde me despierto y me paso veinte minutos buscando el pantalón del pijama para salir de la cama, hasta que me acordé que no uso pijama para la siesta. Superado ese obstáculo y todavía envuelto en la nebulosa de la fiaca sabatina,

  E l país es un herbidero político, económico e institucional que el gobierno de Javier Milei y Victoria Villaruel está gestionando desde hace casi cuatro meses (se cumplen el 10 de abril) de la mejor forma que puede. Los problemas abundan, el dinero escasea y la crisis está en su esplendor y aún así, una porción mayoritaria de la población apoya estoicamente el ajuste necesario y anunciado de la nueva administración. Han quedado al desnudo las enormes falencias, permítaseme ser piadoso en el uso de los adjetivos; que a lo largo de los últimos 22 años de populismo kirchnerista provocaron descalabros administrativos, financieros, culturales, morales y sociales en nuestro país;  que son ya tan conocidos que me eximen de volver a repetirlos para evitar aburrirte, amigo lector. Todos sabemos que tal forma de gestionar al estado ha provocado una ineficacia y corrupción tal, que implica que algunos pocos se han beneficiado indebidamente a expensas de otros muchos. Desde el funcionario, o su