LOS FUSILADOS DE VALLE HERMOSO

Siempre que uno tiene algunos días libres y quiere hacerse una escapada de descanso la provincia de Córdoba surge como una opción válida y como no serlo si posee hermosos paisajes, atrapantes cerros y la bonomía de la mayoría de su gente sin contar sus cielos profundos que en las serranías no están contaminados, no demasiado al menos. El valle de Punilla es uno de los lugares más elegidos por el turista para ser visitado en un corredor que abarca desde Villa Carlos Paz hasta Capilla del Monte con la Ruta Nacional 38 como columna vertebral. Sin embargo como descubrimos cuando escribimos el libro La Pirámide del Infierno no todo es lo que parece y la paz que uno ve al pasear se esté viendo amenazada por los dos flagelos nacionales: corrupción y narcotráfico.

El asunto es que a pesar de tanta belleza paisajística y de tanta actividad turística las cosas no están tranquilas. Como se dijo la corrupción y el narcotráfico invadieron la Punilla y sus consecuencias empiezan a hacerse notar. Una de ellas son los llamados fusilados de Valle Hermoso, como los conocen en la zona. Son hasta el 25 de marzo, un número indeterminado de entre 12 y 18 asesinados en supuestos tiroteos entre bandas. Según contó una fuente muy creíble el problema principal es que estas muertes son atribuídas a la propia policía de Córdoba destinada a Valle Hermoso y La Falda. La fuente confirma que si bien los asesinados son jóvenes delincuentes con prontuario y cooptados por el narcotráfico, sus asesinatos son obra de estos uniformados que actuarían como mercenarios de estas bandas y que cuando se sienten "mejicaneados" por alguna de ellas salen a matar a los "traidores" o, a veces, directamente son contratados por una grupo para atacar al otro, por la razón que sea asesinan sin ningún problema. Así en los últimos meses se ejecutaron a esta docena o decena y media de delincuentes. La preocupación de nuestra fuente es obvia: si la propia policía juega con los delincuentes y se alquilan a ellos como sicarios o actúan como ellos si se sienten traicionados; ¿qué puede esperar el ciudadano honesto que suceda?. Nada bueno sin dudas.

Claro que la corrupción policial y hasta judicial no es nueva en Córdoba y ya la retratamos en La Pirámide del Infierno, pero esta denuncia muestra una nueva cara, más brutal y sanguinaria, no por los delincuentes asesinados que en tal carácter iban a terminar así de todas formas, sino por quienes los ejecutaron y los por qué lo hicieron. Si la propia policía alquila sus armas al crimen organizado o toma vendettas particulares, si la propia fuerza del orden es parte del crimen y el delito pocas esperanzas aparecen en horizonte institucional cordobés, aunque esto seguramenre se replica en todo el país. En todo caso desde esta humilde columna seguiremos investigando e informando todo lo que vayamos averiguando, Córdoba y sus ciudadanos honestos se lo merecen.
Osvaldo Igounet
copyrigth 2017
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