ELECCIONES EN CABA: UN ERROR ESTRATÉGICO DEL GOBIERNO DE MILEI
por Osvaldo Igounet
Este domingo 18 de mayo son las elecciones de medio tiempo (legislativas) en CABA, comicios donde sólo se eligen los legisladores de la ciudad, equivalentes a decir concejales, es decir una elección sin ninguna importancia nacional verdadera; crucial, sí, para la gobernabilidad del Jefe de Gobierno Jorge Macri y si se quiere para la estructura partidaria del PRO. No había ninguna razón entendible o lógica para considerarla más que eso, al punto que los sondeos de opinión predicen que la asistencia de votantes estará alrededor del 60%, o traducido al idioma de la calle, no les interesan ni a los propios porteños. Aún así el gobierno nacional se empeñó en nacionalizarlas, volverlas cruciales, en su cruzada por hacer desaparecer al macrismo de la escena politica nacional.
¿Por qué digo que esta jugada es un error estratégico del gobierno de Milei?, trataré de explicarlo:
En lo que va del año ya hubo cinco elecciones provinciales: Santa Fé, Chaco, Jujuy, San Luis y Salta; y en todas ellas se verificó que los oficialismos salieron triunfantes, que La Libertad Avanza pudo -en algunos casos- lograr una cabeza de playa donde no tenía nada a nivel local pero mucho más importante el kirchnerismo/peronismo y la izquierda quedaron reducidos a la insignificancia electoral al quedar cuartos o quintos respecto de los votos obtenidos. Está situación produjo desazón y preocupación en el Instituto Patria, provocó quejas de los gobernadores peronistas respecto del manejo que Cristina Kirchner hace desde la presidencia de PJ Nacional y más importante todavía licuó su poder e influencia, que ya venía mermado, más allá de las fronteras del conurbano bonaerense. Ergo si LLA venía a clavar el último clavo en la carrera política de CFK, estos comicios deberían haber sido determinantes y celebratorios. Sin embargo en el gobierno nacional, el triángulo de hierro: Milei, Karina y Caputo estimaron que era más conveniente "sepultar" primero al ex presidente Mauricio Macri y a su partido, tomando las elecciones del domingo en CABA para lograrlo.
El problema es que al atacar a Macri y al PRO y dividir el voto anti K, inesperadamente y por desgracia, Leandro Santoro, mascarón de proa "aceptable", de una lista de candidatos impresentables; revierte su destino de ser el nuevo Filmus y tiene muchas chances de darle su primer triunfo electoral del año a un kirchnerismo que se venía cayendo a pedazos. De hecho si los k ganan la Ciudad de Buenos Aires este domingo, todas sus derrotas anteriores habrán pasado al olvido político y todo gracias a la necedad de Milei o para ser más justo de Karina Milei y Santiago Caputo. El gobierno no está interesado en ganar la ciudad, esto es una añadidura, pero sí en sacar más votos que el PRO o sea que Manuel Adorni tenga más votos que Silvia Lospennato, aunque Santoro salga primero. Una gansada de proporciones.
Nótese que esta estrategia es tan mala y Adorni un candidato que no llega al porteño promedio, que en el acto de cierre del martes desde el triángulo de hierro tuvieron que pedirle a Sebastián Pareja, armador libertario en la provincia, que traiga gente del conurbano al acto. Y más allá del escandalete por los $25000 prometidos a esa gente y que parece no les fue abonado, surge una reflexión inevitable: si al acto de cierre asistieron no más de tres mil quinientas a cuatro mil personas (una nadería) y a la mitad la tuvieron que traer rentada desde el Gran Buenos Aires, no es esto señal suficiente para entender que se equivocaron al querer destruir a Macri y no a Cristina, en vez de confluir contra ella. ¿Y cuán acertada fue la elección de Adorni como cabeza de lista?. Y que, sospecho, es sólo testimonial, no lo veo asumiendo como legislador porteño en diciembre.
Por supuesto que la candidatura de Adorni tiene explicación según los parámetros del mileísmo, es hombre de confianza del presidente y además su vocero, pero sobre todo expone con fidelidad lo que el triángulo de hierro quiere y le exige a su gente: obediencia debida, ciega y absoluta. Este gobierno que expresa como Trump en Estados Unidos al populismo de derecha, no admite debate interno, ni custionamientos, ni consejos; o sos como el Gordo Dan o no sos nada. De allí su feroz embate contra un Macri que apoya las medidas económicas pero no necesariamente la conducta política del gobierno y en contra del periodismo que, a veces, tiene el tupé de criticar alguna cuestión.
Como ya se dijo la estrategia es errada, y sobre ella vuelven a equivocarse. Festejaran, si pasa, haberle ganado al macrismo en la ciudad, pero si, por caso, los resultados fueran: 1° Santoro, 2° Adorni y 3° Lospennato la única lectura posible es que el kirchnerismo ganó. Es más, si como dicen en el slogan de campaña Adorni es Milei, el diario del lunes debería decir perdió Milei. Toda otra consideración es irrelevante o al menos secundaria. La disputa a todo o nada de Milei contra Macri no sólo no tiene sentido mientras el kirchnerismo tenga algún respiro electoral, sino que plantea el peligro potencial de llevárselos puestos a los dos. Y así tirar por la borda todos los esfuerzos económicos que el país está haciendo y sufriendo y que es el único logro real que Milei tiene para mostrar y aferrarse. Es está inseguridad sobre el fin de la influencia K lo que hace que el riesgo país no baje a los 300 puntos básicos y la inversión extranjera directa y productiva NO llegue en masa a pesar de los beneficios fiscales que existen. Y esto lo dijo directamente la propia cámara que nuclea a las empresas estadounidenses con inversiones en Argentina cuando el senado rechazó Ficha Limpia, con circunstancias oscuras a las que el gobierno nacional no es ajeno aunque diga lo contrario.
Están repitiendo la equivocación del 2023 que permitió que Kicillof lograra su reelección como gobernador a pesar de ser el peor gobernador desde la vuelta de la democracia y con un gabinete de políticos corruptos y en muchos casos con problemas judiciales.
Las cartas en CABA ya están jugadas y salvo que el inteligente y exigente electorado porteño intervenga (de nuevo), el kirchnerismo podrá exhibir su primer triunfo del año, con el riesgo cierto de retroceso para la Ciudad de Buenos Aires que esto supone. La pregunta del millón es: ¿repetirá el gobierno de nuevo esa conducta suicida en la Provincia de Buenos Aires?. ¿Volverá a convertir a Cristina en una referente política nacional, rescatándola de su posición actual de corrupta condenada y líder sólo de la Tercera Sección Electoral?. Veremos, veremos...
Osvaldo Igounet
para IgounetNoticias
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