EL FRACASO DE LA ESTRATEGIA DE LA RETIRADA ANTICIPADA
La oposición tiene, como tantas veces señalamos, decenas de defectos que una y otra vez la llevan a perder la iniciativa política, carecer de estrategias comunes, licuar su peso parlamentario y hasta desperdiciar triunfos electorales como los logrados en las elecciones parlamentarias de los años 2009 y 2013. La oposición disgregada, vanidosa y con aires de vedetonga mediática se muestra incapaz de armar un político consistente y aspiraciones de gobierno.
El gobierno, por su parte, ha sabido potenciar las fallas de sus adversarios, ha leído con acierto los llamados de la hora y las necesidades de las masas. Así fue que a partir del 2003 pudo construir un poder sin precedentes en administraciones democráticas desde 1972 a la fecha. Claro que Cristina no es Néstor y desde la muerte de este su poderío fue menguando aún cuando conserve (todavía) un poder de daño considerable. Quizás la fuente real del poder político de la presidenta no se base en el 54% de los votos obtenidos en el 2011, sino en el aprovechamiento sistemático de los errores y carencias de la oposición, logrando sacar resultados parlamentarios favorables en momentos donde normalmente hubiese sido imposible.
ahora acepte su error. Lo mismo deberá
hacer con el resto de su gestión...
Pero el tiempo pasa y el hasta el poder de Cristina empieza a licuarse día a día. Un poco por dogmatismo, otro poco por terquedad y un mucho por incapacidad de gestión la toma de decisiones ha resultado un compendio de fracasos que llevaron al país a su actual crisis económica y a un momento político tumultuoso innecesario. Para un gobierno que con cada día que pasa esta más cerca del fin de su mandato, cada estornudo de la macro economía representa un golpe a su estabilidad gobernativa. Cristina no es mujer de dar el brazo a torcer, tozuda como una mula y terca como ninguna jamás aceptará un error y menos lo reconocerá en público. Para ella la inflación no existe o es culpa de los avaros empresarios vernáculos; razón por la cual nadie cree que existan soluciones efectivas a la crisis actual; además sus numerosos problemas de salud no merman sus convicciones pero si sus ganas de enfrentar problemas reales. En otras palabras, Cristina quiere llegar al 2015 haciendo la plancha (algo imposible de conseguir hoy en día) ó encontrar una salida anticipada elegante, de bajo costo político y que la deje bien parada ante la Historia y los problemas judiciales. En este sentido la "batalla" contra el dólar blue y la remarcación de precios, presentada como una lucha contra un golpe de mercado en ciernes como aquel que volteó al gobierno de Alfonsín y cuya voz principal es la del relator Víctor Hugo Morales; es una muestra cabal de la estrategia del gobierno. La Argentina no tiene problemas reales, dicen, y mucho menos el gobierno toma decisiones equivocadas; lo que en verdad pasa es que Magnetto y su grupo de empresarios golpistas intentan desestabilizar al gobierno en un año donde el escándalo Papel Prensa los pondrá en una situación judicial incómoda, por eso buscan que Cristina renuncie y se vaya. Este es el discurso que habilita dos escenarios supuestos: a) la gente sale a las calles a "defender" el gobierno de Cristina (el no compre del 7 de febrero fue un testeo en ese sentido) ó b) Cristina termina dejando el poder antes de tiempo, victimizada y con ribetes de heroína. Esta segunda hipótesis cuenta además con dos beneficios adicionales: 1) NO estar en el poder cuando el desmanejo actual termine explotando en el país con un inmisericorde salvajismo económico y 2) poder acusar al gobierno siguiente de ser el culpable de las tremendas consecuencias de tal explosión. En suma, nada muy distinto a lo que ya hicieron desde el peronismo en el 2001, cuando la Alianza no pudo desactivar la bomba que dejó Menem y la Convertibilidad y terminó siendo la culpable de todos los males.
La oposición, decíamos, tiene muchos defectos y errores que subsanar, pero aprendió la lección la Historia y por eso el 2001 no volverá a repetirse, razón por la cual Elisa Carrió dijo los otros días que nadie busca adelantar la salida de Cristina, que deben respetarse los tiempos constitucionales y republicanos. La verdad es que los temas constitucionales si bien importan no son hoy por hoy una preocupación central entre los políticos opositores sino una excusa correcta para no decir la cruda realidad tal cual es, una verdad que dice más o menos así: Presidenta, más allá de lo que marca la Constitución Nacional, no forzaremos ni aceptaremos su alejamiento adelantado del cargo simplemente porque es Usted quien debe impedir que los desaguisados de su gobierno nos lleven a una crisis terminal y si eso pasara debe ser usted quien cargue con toda la responsabilidad por las (malas) acciones de su gobierno. Nosotros, la oposición, no volveremos a cargar con errores que no son nuestros para que después usted o alguno de sus funcionarios nos culpen de todo y encima se ofrezcan como salvadores.
Nadie quiere echar a la presidenta como quieren hacer creer desde el oficialismo, si todos quieren que aquellos que crearon los problemas los resuelvan o en última instancia acepten la responsabilidad y la autoría en el fracaso. Cristina no socializó la elección de Boudou como vice, ni socializa su poder político ni la toma de decisiones; todo siempre fue ella, ella y un poco más de ella; por eso ahora nadie le acepta que pretenda socializar el fracaso, la inflación, la caída de las reservas, el freno del crecimiento, la caída del consumo interno y la crisis en ciernes, porque igual que en las demás cosas es también única y exclusiva responsabilidad de ella, Cristina Fernández de Kirchner.
La estrategia de pretender irse victimizada fracasó, deberá quedarse y afrontar todo lo que el futuro inmediato le depara al país, producto de las decisiones que su gobierno y en definitiva usted misma viene tomando desde diciembre del 2007. Termine su mandato y acepte las consecuencias de sus acciones de gobierno. Que así sea.
Osvaldo G. Igounet
IGOUNETNOTICIAS.COM
copyrigth 2014
Comentarios
Publicar un comentario