PERÓN y EVITA: LA QUINTA DE SAN VICENTE

   Si algo le gustaba al General Juan Domingo Perón era vivir en casas rodeadas de amplios parques y frondosas arboledas, así era su quinta 17 de Octubre situada en la localidad de San Vicente y así era también su residencia española conocida como Puerta de Hierro, aunque esta última era infinitamente más pequeña que la primera.

                                       El parque y la casa principal.

                                       Vista de un sector del parque.

                                      Torre del tanque de agua.

 

   San Vicente es una localidad bonaerense, ubicada al sudoeste, rodeada por las rutas provinciales 210, 6 y 52, cercana a las ciudades de Glew, Brandsen y Guernica, forma parte de esos lugares reclasifcados urbanísticamente como ciudad-pueblo. Posee una laguna pequeña, que solía ser muy visitada como escapada de miniturísmo del fin de semana, pero que luego sucumbió ante lagunas más grandes y con mayor infraestructura como las de Chascomús y San Miguel del Monte. Sin embargo siempre fue un centro neurálgico de la política nacional y en especial de llamado peronismo bonaerense. En San Vicente está la quinta de Perón, pero también supo imitar al general el ex presidente y ex gobernador Eduardo Duhalde, que aún tiene allí "su" quinta de descanso con su famoso quincho donde tantas operaciones políticas de urdieron...

                                       Vista del gran living-comedor

                                       Pasillo a las dependencias privadas

                                        Vista parcial de la gran cocina

                                       Vista parcial del baño principal

                                        Dormitorio presidencial

   Por la entrada oeste de la ciudad se llega a la calle Lavalle y tomándola con rumbo sur a las pocas cuadras aparece el muro que identifica a la Quinta 17 de Octubre, donde vivieron Juan Domingo Perón y su esposa Eva Duarte. Una extensa propiedad de 19 hectáreas, con amplios parques y tupidas y añejas alamedas. Hoy convertida en museo, se puede apreciar como la pareja presidencial más famosa de la historia argentina vivó en sus años dorados. Todo el lugar es enorme, sobrio, adusto, provisto de un lujo deducido antes que ostentado. Allí también se construyó a instancias del entonces presidente Duhalde el Museo del peronismo desde 1945 a 1955 y después se hizo el mausoleo donde reposan los restos mortales del General. Es allí donde en ocasión de la llegada del cuerpo de Perón a su tumba, se libró aquella famosa y macabra interna a los tiros entre la patota de los sindicatos de Camioneros y la Uocra; recordada por la imagen de Madonna Quirós disparando a quemarropa a sus adversarios.

   Hoy el mantenimiento es muy escaso, si bien la belleza del lugar es imposible de negar, las falencias edilicias y de infraestructura se notan y mucho. La casa de huéspedes, por ejemplo, presenta sus tejas rotas y está cerrada al público. En el chalet principal se aprecia el gran living-comedor, la enorme cocina estilo americano de diseño muy moderno y las habitaciones privadas, donde el baño principal presenta a una bañera embutida en el piso de muy ingeniosa arquitectura.

                                      Vista lateral del Tren Presidencial

                                       Balcón-Mirador posterior

                                       Vista del museo Perón

                                       Muro exterior del panteón

   No puede dejar de visitarse durante el paseo, al mausoleo de Perón donde reposan sus restos y al Tren Presidencial, que el matrimonio Perón utilizaba para sus viajes al interior. El tren tenía una locomotora carbonera, una vagón cocina, un vagón comedor y vagones escritorio, dormitorio y de reuniones. Fue adaptado de una formación del ferrocarril Belgrano que unía a Retiro con Tucumán. En el último vagón una suerte de mirador ferroviario le permitía al General saludar a la gente a medida que el tren se alejaba.

  Es un pedazo de la historia reciente del país, que seas o no peronista es importante conocer, porque además muestra con claridad porque estamos como estamos. Es un ejercicio político, histórico y antropológico que vale la pena realizar.

  Entrada a $ 10 por auto y por persona.

Osvaldo Igounet
IGOUNETNOTICIAS.COM
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