CRISTINA DUAL, BIEN CON FRANCISCO MAL CON LA IGLESIA



   
    Ella siempre fue y será genio y figura hasta su sepultura, como dice el dicho popular, porque esa es su naturaleza y no va a cambiarla a esta altura de su vida. Por eso se hizo una idea determinada sobre como su relación con el Papa Francisco repercutiría en su gobierno y creyó que esa (su) idea era la realidad, por su puesto se equivocó.

   Para Cristina, sus charlas con Francisco, sus visitas al Vaticano, los llamados telefónicos casi semanales entre Roma y Buenos Aires eran todos indicios concretos de que contaba con el favor "cuasi militante" de la Iglesia vernácula; pero nuestra cúpula eclesiástica lejos está de los parámetros nacionales y populares que la presidenta intenta inculcar en el país. Más de dos mil años de historia difícilmente puedan ser superados por una docenita de años en el poder de una nación como la nuestra. Si alguien conoce y mucho de la rosca del poder y las intrigas palaciegas es la cúpula de la Iglesia, los muchachos camporistas podrán protestarles pero nunca ganarle al obispado una partida.

  Cristina se equivocó y La Cámpora también, la buena relación con el Papa no cierra el grifo de las críticas de la Iglesia Argentina, aunque hace que nuestro ya de por sí cauteloso episcopado, lo sea aún más. De hecho tardaron más de un año en pronunciarse respecto de la violencia y la inseguridad, hasta que finalmente lo hicieron, Argentina está enferma de violencia dijeron, y Cristina explotó con su habitual y furiosa verba enardecida. Cristina podrá devolver el "ataque" del episcopado, Ottavis podrá creer que la violencia solo se genera en un golpe de estado, pero eso no cambia la realidad, esa que dice que la Iglesia tiene razón, la sociedad argentina está enferma de violencia le guste o no al gobierno, que por otra parte tiene una enorme de responsabilidad en eso.

  La cultura extra garantista y ahora abolicionista respecto al delito y la delincuencia generan inseguridad, la división de la sociedad en amigos y enemigos genera violencia, los muertos que causa la corrupción ya sea en catástrofes evitables, hambre y desnutrición infantil, nula movilidad social ascendente y pobreza estructural son hechos violentos en si mismos y desencadenan todo tipo de violencia más temprano que tarde. La impunidad del poderoso genera también bronca y resentimiento
en una población condenada a no levantar cabeza y a ser multada o perseguida por cualquier falta. No pagaste el monotributo y la Afip te persigue como si fueras un criminal de guerra, no pagaste la patente y Arba te confisca el auto; ahora te robaste medio presupuesto, multiplicaste tu fortuna cuarenta veces, llegaste al poder en bicicleta y ahora andás en jet privado y no pasa nada, Oyarbide o algún otro siempre esta dispuesto a justificarlo. Eso es violencia y solo puede terminar generando más violencia.

   Así que mal que le pese a Cristina y sus patagonia boys ai hay un sociedad violenta en el país, violenta, hastiada, burlada, ofendida, malhumorada y empobrecida, la sociedad que se siente estafada en la moral y en el bolsillo, y eso señora presidenta, no hay reunión papal que pueda ocultarlo.

Osvaldo Igounet
IgounetNoticias -muleto-
copyrigth 2014

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