PAPÁ Y MAMÁ SE SEPARAN, UN DIVORCIO MUY COSTOSO

 

 

Papá y mamá ya no se hablan. Quizás su matrimonio esté concluyendo y se avecine el fin de la ilusión de la familia unida. Algunos tíos dicen que se casaron enamorados pero otros afirman que nunca se amaron, que todo fue por conveniencia. Vaya uno a saber. Lo que si sabemos los hijos es que ellos ya ni siquiera se hablan y no fingen un diálogo delante de nosotros, ni siquiera eso. Todo terminó parece. Habrá divorcio y como en todo divorcio son los hijos los que sufren, nosotros. Con seguridad irán frente a un juez y habrá disputa, una cruel batalla.

La pregunta es si pelearán por la tenencia de los chicos o solo por la división de bienes. ¿Qué dirán cuando el juez pregunte quien engaño a quien primero?. ¿Habrá sido un engaño o una decepción?. A veces el amor se termina, así de sencillo; sólo que ahora dudo de que alguna vez hayan estado enamorados. Papá es un negador, aún cree que puede salvar la relación, mamá en cambio ya tiene todo claro, el matrimonio terminó. No sabemos si seguirán compartiendo el techo en cuartos separados, si alguno de los dos se irá a la casa de la playa o si habrá pelea por la propiedad que ambos habitan; yo creo que papá y mamá no se pondrán de acuerdo en nada, será un divorcio contencioso, el juez no logrará un común acuerdo. Hijos, casas, ahorros, ninguno quiere ni sabe compartir. Hay litigio.

Papá cuando entra en crisis se encierra a componer canciones, mamá se tienta en romperle la guitarra en la cabeza, puedo sonar violento pero yo la entiendo, papá canta muy mal y compone peor. Aunque el cree que es Litto Nebbia, pobre viejo, hasta en eso se equivoca. Hace tiempo que se llevan mal pero cuando hay plata de por medio todo empeora. Tenemos deudas y nunca se pusieron de acuerdo en como proceder, ninguno de los dos quería pagar, pero al final papá pensó que sería mejor llegar a un arreglo con el poseedor de la hipoteca y mamá no. Ella dice que si la deuda la tomó un primo lejano al que nunca visitan, es él quien debe pagarla. Pero ellos le compraron la casa al primo asumiendo la hipoteca por eso la pagaron barata. No pagues dijo mamá, no nos van a desalojar pero papá dice que los que quieren cobrar pueden dejarnos a todos en la calle. Papá logró refinanciar la deuda y evitar el remate de la casa y mamá le dijo que pactar era cosa de débiles de carácter, papá -dice ella- no tiene el valor de los muchachos que resistieron en Guernica, que es un flojo. Mamá tiene alma de "okupa", papá no. Habrá divorcio, tienen muchas diferencias. Igual papá tiene donde vivir por unos meses, los parientes de mamá le prestaron una quinta que ahora no les quiere devolver. Mamá está furiosa por eso y sus parientes también. Mandaron un mensajero para hablar con el primo lejano y tratar de convencerlo de que pague la deuda de su bolsillo, pero el primo lejano no estaba, se fue a Europa a jugar bridge. En esta familia todos viajan, el primo lejano porque siempre pudo hacerlo, papá viaja siempre y cuando no tenga que pagar y mamá que si tiene dinero para hacer turismo no puede viajar porque sus ahorros no están declarados, así que solo viaja cuando pero no la invitan mucho. Y eso también la enoja.

Al final pusieron toda la disputa a consideración de toda la parentela y la familia votó por llegar a un arreglo con los dueños de la hipoteca y mamá furiosa no se quedó para la cena. Hicieron participar a los vecinos de enfrente, a los que mamá odia, y ellos también votaron por pagar. Qué falta de respeto por la voluntad de mamucha, quien sentada frente al espejo se cepilla al cabello mientras se pregunta como fue que unos pusilánimes dejaron de hacerle caso. Nunca debió ofrecerle matrimonio a papá, piensa ella, pero ya es tarde, el daño está hecho. Habrá divorcio, mamá hablará con Ana Rosenfeld para sacarle hasta los botones de camisa a papi; eso será fácil porque al paso que le crece la panza los botones se les saldrán solos. Mamá ya no soporta a papá, papá cree es irresistible y al final ella va a recapacitar, pensó en componer una serenata de reconciliación y cantarle bajo las ventanas del Senado antes que repongan los vidrios rotos, pero no va a funcionar. Papá canta como el tujes, la ventana ya está arreglada y mamá lo bloqueó en Telegram. Somos hijos de padres separados y abandónicos, el primo lejano tampoco quiere cargar con nosotros y quedamos a la deriva, nadie nos cuida. Mamá quiere romper todo, papá quiere disfrutar de la quinta prestada todo lo que pueda, el primo lejano no para de viajar, la hipoteca no termina nunca de pagarse y todos nos usan para justificar sus peleas. Estamos solos y olvidados, casi huérfanos y con peligro que nos rematen la casa; a este paso nosotros, los hijos, terminaremos peleando por dos chapas en las cercanías de Puerta 8, mientras papá y mamá están ocupados peleándose entre ellos porque la plata no alcanza para nada. Papá nos dijo que igual lo iba a arreglar aunque mamá se divorcie, parece que tiene unos amigos del campo a los que mañana le va a pedir unos pesos...

Osvaldo Igounet

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