BANCOS: CUANDO LOS VIEJOS SOBRAN
Paradojas de
occidente, justo cuando el progreso de la medicina y la ciencia hacen que los
humanos vivamos cada vez más, la economía y la política necesitan que vivamos
cada vez menos. Los sistemas previsionales en el mundo quiebran, el avance de
la tecnología quita empleos tradicionales y por tanto aportantes, la salud es
cada vez más costosa y para colmo de males nuevas pandemias atacan a la
humanidad. Si los gobiernos antes del coronavirus se preguntaban qué vamos a
hacer con los viejos ahora, el dilema, con las economías colapsadas en el
mundo, se volvió un enigma sin resolución. ¿O sí?. Llegó la pandemia del Covid
19 que justo tiene entre los ancianos y los enfermos su alimento preferido; ni
siquiera el enorme Adolfo Bioy Casares en su Diario de la Guerra del Cerdo lo
hubiera imaginado mejor. Matar al abuelito parece ser la consigna de la hora.
Darwin ataca de nuevo, renace la teoría de la evolución de las especies, sólo
sobrevive el más fuerte, gran ayuda para las arcas de los quebrados sistemas previsionales
del mundo y muy especialmente del argentino.
Presidente Fernández furioso
Aquí en
Argentina llevamos hoy catorce días de aislamiento social preventivo y
obligatorio decretado por el presidente Alberto Fernández único sistema
conocido y probado de cierta eficiencia para contener los contagios. ¿El
objetivo?, preservar la salud y la vida de la mayor cantidad de argentinos
posible muy especialmente de los viejos, los enfermos y los desposeídos que son
los tres grupos en más peligro y en ese orden. Claro con el país parado por la
cuarentena la economía estalla, los comercios y empresas quiebran, la cadena de
pago se rompe, la incertidumbre nos gana. Para colmo llega fin de mes y los
tres grupos de mayor riesgo tienen que comer, muchos de ellos tienen mala
salud, todos están endeudados y ninguno tiene dinero en el bolsillo. ¿Qué
hacer?. El presidente medita y medita y finalmente resuelve reforzar las jubilaciones
y pensiones más bajas, las AUH y otros planes y dar diez mil pesos a los
trabajadores informales, el estado socorre a su gente más vulnerable. Pero,
siempre hay un pero, como diría el brillante colega Carlos-el cóndor-Manzoni algo
salió mal…
Anses inicia los
pagos sin cronograma de pagos y junta el mismo día a jubilados, pensionados y
beneficiarios de los distintos planes de emergencia. Los bancos donde tanto sus
empresarios nucleados en ABA y ADEBA y sus empleados sindicalizados en la Asociación
Bancaria que comanda Sergio Pallazo se niegan a trabajar y el gobierno y el
BCRA los deja afuera del decreto 720/20 al considerarlos actividad NO esencial.
Tal “genialidad” es advertida tardíamente por el gobierno. Ni siquiera el
sistema de pagos electrónicos funciona: los Pago Fácil y Rapi Pago no abren,
los sistemas de retiro de dinero en supermercados y farmacias falla, casi todos
dicen no tener billetes porque los que compran van con tarjeta y no juntan
efectivo y otros porque para darte efectivo te exigen comprar primero, cosa
imposible para el sector en cuestión; y los cajeros automáticos no son
recargados de dinero con la frecuencia requerida porque son un costo operativo
alto para los bancos que ya no pueden cobrar por cada extracción que se realiza
con la tarjeta de débito de otro banco. Sumado a eso millones de pobres y
viejos no tienen o no saben usar su tarjeta de débito, o sea nadie tiene un
peso y todos están encerrados, algunos enfermos y casi todos hambrientos. El
desastre está en marcha.
Así que hoy y
¿sin ninguna planificación? abren las puertas de la jaula financiera para que
millones y millones de pobres y ancianos puedan en estos días hacerse de su
dinero. Como era de esperar una ola humana de necesitados invadió las calles y
se agolpó en la puerta de los bancos, todos juntos, todos amuchados, todos
necesitados y todos desesperados. Y muy posiblemente todos contagiados también,
no sólo de coronavirus, habrá gripes innecesarias, neumonías evitables, ataques
de asma, infartos y descompensaciones que nadie merecía y en algunas provincias del NEA más dengue. Viejos,
enfermos y pobres todos condenados por igual a más miseria, más enfermedad y probablemente
más muerte. Imagínese amigo lector a las imágenes que vió por televisión del
gentío apremiado esperando cruelmente su escaso dinero con el que vivir y comer
una semana más, no más que eso, y agréguele la música de Wagner y si sabe de
historia piense un poco ¿a qué le hace acordar?, una pista Segunda Guerra
Mundial, huída nazi de Polonia ante el avance ruso, marcha de la muerte…
El presidente
Fernández está furioso. Todo lo que en teoría habíamos ganado con la cuarentena
obligatoria se perdió, el esfuerzo, la salud y el destrozo de la economía casi
para nada. La incompetencia del PAMI, el ANSES y el BCRA desde el estado más la
malvada desidia del sector bancario -patrones y empleados- tiraron todo por la
borda y casi que condenaron a muerte o enfermedad a millones de argentinos. ¿Y
ahora qué?, veremos a los pocos jubilados que sobrevivan tirados en las puertas
de los hospitales clamando por un respirador como ahora claman por sus pesitos
para comer. O se morirán solos en sus casas, aquellos suertudos que la tengan,
aferrados a su jarabe para la tos o su Lotrial porque no pudo llamar al 107 o
al 148 para avisar que estaba con fiebre y tos.
Ojalá que no
pase, pero con facilidad podría pasar y todavía falta sábado y domingo de drama
en la puertas de los bancos. Además el que no llegue a cobrar no solo puede
contagiarse sino también dejar de comer por falta de dinero. ¿Alguien pensó en
eso?, los bancos no con seguridad, no les importa. Si sos banquero esta
operatoria te deja minucias de ganancia y por lo tanto es prescindible y si sos
bancario solo va la mitad del personal -hoy trabajaban cinco cajas de catorce
en algunas sucursales y por supuesto se turnaron para comer- porque solo
piensan en su ombligo y nada más.
Viejos, enfermos
y pobres, la mayoría de ellos son las tres cosas, son desde hoy sentenciados a
un corto y oscuro futuro cercano que no merecían -no merecemos- y por mucho que lo lamentemos el daño ya está
hecho. Falló la cuarentena, falló la seguridad social, ganó la incompetencia de
los Vanolli y los Pesce y el enorme egoísmo miserable de los Pallazo y los
banqueros. Que se sepa argentinos, estamos en peligro y el coronavirus es por
lejos el menos letal de ellos. El gobierno corre detrás de los respiradores, ¿habrá
alguna autoridad viendo cuantos crematorios están operativos?.
Osvaldo Igounet
copyrigth 2020
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